La Educación en Debate. Le Monde Diplomatique 08/2018

¿Se puede medir la educación?

Aunque a primera vista parezcan formas directas de reflejar los hechos y las cosas, las estadísticas jamás están dadas en la realidad, sino que son construidas.

 Decimos que los datos estadísticos son construcciones sociales, en el mismo sentido en el que nos referimos, por ejemplo, a un edificio, que por construido no deja de ser real, producto de una amalgama de decisiones, acciones y materiales que intervienen en su construcción.

Un dato estadístico es la síntesis de un complejo proceso, tanto técnico como político, que involucra una larga cadena de personas, prácticas y decisiones. Al igual que con un edificio, lo mismo ocurre con las estadísticas, según los materiales y el diseño que se elija, puede arrojar resultados de lo más disímiles.


El modo en que se mide un fenómeno social es uno entre muchos posibles. Allí hay decisiones, más o menos arbitrarias, más o menos sustentadas en consensos, pero siempre susceptibles de controversia. Esto no quiere decir que las estadísticas sean falsas, inútiles por tendenciosas o que no podamos tomarlas en serio para analizar o administrar la realidad. Pero muchas veces, en su uso cotidiano, tomamos las informaciones que arrojan como piezas de evidencia indiscutida, ignorando que son el producto de una construcción compleja y parcial, útiles para generar una representación de la realidad, pero no la realidad misma. De hecho, pareciera ser que ese olvido es una condición necesaria para el funcionamiento social de las estadísticas, en cuanto les permite ganar autoridad y transformarse en referencias sólidas para el conjunto de la sociedad.

Por: Equipo del proyecto La educación en sus fuentes (UNIPE)*

*Integrado por los investigadores Leandro Bottinelli (director), Emilio Tenti Fanfani, Cecilia Sleiman, Claudia
Daniel, María Eugenia Grandoli y Julia Pasin.

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